“La celulitis me tenía mal, pero lo ignoraba. Hasta que un día no quise ponerme un vestido por miedo a lo que iban a ver. Este aceite se volvió mi ritual diario, y aunque no soy otra persona, sí me siento otra mujer: más segura, más conectada, más yo.”
Antonia Z.
“Al principio lo compré como otro intento más. Pero después de unos días, el simple acto de aplicarlo cambió mi relación con mi cuerpo. Lo hago con calma, con cariño. Como si por fin entendiera que mi piel también merece ternura.”
Diana A.
“Pensé que quería que desapareciera la celulitis, pero entendí que lo que quería era volver a sentirme bien conmigo. Este aceite se convirtió en ese espacio sagrado donde dejo de juzgarme. Y sí, la piel cambia. Pero lo más fuerte es cómo cambia una por dentro.”
Sara D.
“Tenía un short guardado hace años. El día que lo volví a usar, no lo podía creer. Mis piernas se veían más firmes, más parejas. Pero lo mejor fue que no me importó lo que pensaran. Me sentí libre.”
 
 
Al seleccionar una opción, se actualiza toda la página.